lunes, 18 de mayo de 2015

Fase B proyecto Abril-Mayo

El siguiente micro relato fue escrito por Dragón Rosa, para la primera fase de este proyecto de Adictos a las Escrituras, a continuación lo comparto:
“Una vez más me encuentro en el subterráneo, esta tan lleno como de costumbre. Después de algunos empujones he logrado llegar al área de unión entre vagones. Está más despejado, podre relajarme de los empujones de la puerta por varias estaciones.

Observando el lugar, mi vista se desvió hacia un pequeño botón rojo a menos de 40 cm de distancia. No tenía nada escrito era la primera vez que veía un botón así. Inevitablemente acerque mi dedo y lo presione.

En ese momento mi cuerpo se estremecía sentí electricidad recorriéndome. Me quede unido al botón, inmóvil, no sé cuánto tiempo...”

Fase B de micro relato

En esta segunda fase, se debía escribir un relato en base al micro relato anterior, espero haya quedado bien, saludos.



Quien me diría que después de tres meses, una semana, cinco días, catorce horas, veintitrés minutos, no, veinticuatro, estaría en esta situación.
Llegué a esta sobrepoblada y pequeña ciudad con la idea de cambiar de aires, quería cambiar el agobiante aire libre del campo por el de una ciudad. Así que elegí esta, porque al parecer, tenía muchas cosas divertidas que se podían hacer por el alrededor. Claro, aún no había tenido el placer de disfrutar ninguna.
Ese día, como cualquier otro, me encontraba subterráneo, apretujada entre varias personas decidí moverme, con bastante dificultad, hacia el área de unión entre los vagones. Ya allí respire con tranquilidad y pase una mano por mi sudada frente. Luego de apoyarme contra la pared me encontré observando un extraño y pequeño botón rojo a menos de cuarenta centímetros de distancia.  Observé alrededor y luego de un segundo otra vez lo observé, no había nada escrito alrededor, a decir verdad no había nada más que el botón allí.
Observé ese particular objeto unos segundos preguntándome ¿qué haría?, ¿qué pasaría si alguien, como yo, lo presionaba? ¿Se detendría el tren?, ¿sonaría una alarma?, ¿se iría la luz?, ¿no pasaría nada?, ¿alguien aparecería con un vaso de agua y hielo ofreciéndomelo? Me reí de mis ideas y observé otra vez alrededor. Me observaban.
Frente a mi había un hombre de no más de treinta años, más alto que yo y de cabello negro, vestía un elegante y aburrido traje. Él observó mi botón, ya a esas alturas era mío, y luego mi rostro.
Alzó una ceja como pregunta, yo contesté con un encogimiento de hombros. Ambos volvimos a mirar el botón.
Llevé mi dedo índice a mi boca pensando, ahora más curiosa que antes, que pasaría si lo presionaba. Observé al hombre y como noté que seguía mirándome arrugue mi frente. Él observó el botón y luego a mí, como diciendo: presiónalo.
Voltee mis ojos, mi respuesta le dijo: hazlo tú.
Observó el botón y se movió levemente hacia él, levantó su dedo, con la idea de tocarlo, solo que antes de hacerlo me miró, yo lo observaba embelesada. Al final no lo hizo, solo me miró y se encogió de hombros, se apoyó frente a mí y se cruzó de brazos. Me estaba retando a que lo hiciera, yo.
Dudé un segundo pero luego volví a mirar ese botón, que ahora extrañamente me parecía más grande, más rojo, mas… todo. Sentía que en cada segundo llamaba más mi atención, era como si dijera presióname, presióname, presióname. En un momento dado el tren paso por un túnel, done la luz se fue por unos segundos, gracias a eso, y la luz que había en el lugar, que parecía parpadear, ir y venir, el botón, rojo, brillaba y se apagaba, una y otra vez. La sensación se hizo peor. Ahora parecía llamarme con más fuerza.
Cuando la luz regreso me congelé, sobre todo al ver que mi mano estaba alzada, y que mi dedo índice apenas estaba a dos centímetros de ese botón.
Miré frente a mí y me encontré con los ojos del hombre, que estaban tan abiertos como los mío. Alejé mi dedo enseguida, como si un elástico lo hubiera lanzado hacia mí.
No pasaron ni diez segundos antes de que otra vez me encontrara observando el botón, el hombre frente a mí también lo observaba debes en cuento, sentí que alguien tenía el mismo problema que yo con ese botón rojo.
Al observar a un lado me di cuenta que solo quedaba una estación para que ya tuviera que bajar, estaba muy cerca de mi destino, y aun no sabía para que servía ese… botón.
Ya irritada alce mi mano y lo acerque a esa circunferencia, el hombre alzo ambas cejas al ver lo que iba a hacer, el negó con su cabeza y yo asentí, sonreí al ver que volvía a negar y miraba alrededor, y yo volví a asentir y por fin, lo presioné.
Al principio no pasó nada, que decepción, pensé, pero luego, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Me congelé ante la sensación y mi dedo prácticamente se pegó a ese estúpido botón rojo. Aunque fueron segundos, lo sentí como horas, y cuando por fin pude alejarme jadee y me apoye a la pared, caí al suelo sentada. Allí noté que alguien estaba cerca de mí hablándome, aunque no era capaz de entender nada, y también que la luz a mí alrededor no estaba, se había cortado.
Unos brazos me alzaron del suelo y me ayudaron a permanecer de pie. Allí la luz regreso, además del hecho de que la capacidad de entender lo que me decían. La gente alrededor se quejaba, de que otra vez había pasado lo mismo, yo solo observé al botón  a un lado, ahora preguntándome porque lo había oprimido si no parecía tan llamativo, ni siquiera tan rojo. Observé al  hombre que aún me sostenía.
Sonreía.
Arrugue mi frente.
—Yo también lo oprimí una vez—. Abrí y cerré mi boca.
—¿Y por qué no me avisaste? —jadee indignada. Siguió sonriendo y se encogió de hombro. Y aun así, sin entender porque, solo me reí.
Cuando el tren se detuvo supe que era hora de bajar, me alejé del hombre y un tanto adolorida caminé lejos de él. La última vez que lo vi, fue antes de subir las escaleras, seguía sonriendo, y en ese segundo me pregunté: ¿cuántas personas más tocarían ese botón?, sería divertido de ver.


2 comentarios:

  1. Me he quedado con ganas de presionar el botón rojo. Me ha gustado como lo vas diciendo poco a poco sin prisas y al final todos esperan al proximo. Muy bueno. Te mando un abrazo.

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    1. Gracias por comentar, y me alegra que te haya gustado, saludos.

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